Las estadísticas más recientes de la actividad económica de México muestran que la desaceleración se extendió al segundo trimestre del año. El IGAE que se considera una variable aproximada del PIB, pero con publicación mensual, mostró un crecimiento anual en abril de 0.3 por ciento, donde destaca que el crecimiento fue al menos positivo, lo cual disminuye significativamente la posibilidad de que México esté atravesando una recesión. Sin embargo, las actividades secundarias se contrajeron a una tasa anual de 0.4 por ciento, acumulando siete meses consecutivos de caídas. Así, el sector secundario sigue siendo el de menor dinamismo y es precisamente en ese sector en donde se genera el 37 por ciento del empleo en el país.
De hecho, las estadísticas del mercado laboral de México muestran que durante los primeros cinco meses del año se crearon 303 mil 545 empleos formales (de acuerdo al IMSS), cifra 38 por ciento menor que el mismo periodo del año pasado. Destaca que en su comparación anual durante todos los meses del 2019 la creación de empleo ha sido menor que el año anterior (enero 16.8 por ciento, febrero 23 por ciento, marzo 46 por ciento, abril 65 por ciento y mayo 88 por ciento menor) y que la caída se ha profundizado, lo cual hace pensar que de seguir así podrían destruirse empleos, en lugar de crearse.
Obviamente, la baja creación de empleo se ha visto reflejada en la demanda agregada, en donde, de acuerdo a las cifras ajustadas por estacionalidad, durante el primer trimestre el consumo creció a una tasa anual de 0.2 por ciento, la más baja desde el cuarto trimestre de 2009. Por su parte, el consumo de gobierno se contrajo a una tasa anual de 1.3 por ciento, siendo la mayor contracción desde el segundo trimestre de 2013.
La inversión, compuesta por inversión pública y privada, se contrajo a una tasa anual de 3.2 por ciento, siendo el segundo trimestre que se contrae de forma consecutiva, pues cayó 1.8 por ciento en el último trimestre del 2018. Cabe notar que no se había observado una caída tan profunda de la inversión también desde el segundo trimestre de 2013.
Por su parte, se registró una acumulación de inventarios mayor en 5.9 por ciento en el primer trimestre, luego de crecer 34.6 por ciento en el cuarto trimestre del año pasado, probablemente por el bajo crecimiento del consumo. Asimismo, las exportaciones registraron un crecimiento anual de apenas 1 por ciento.
Con los datos anteriores, es muy probable que el crecimiento económico de este año sea cercano al uno por ciento, en donde los principales riesgos parecen ser la incertidumbre interna que afecta significativamente a la inversión y al consumo. Al no haber crecimiento en la inversión se provoca una menor creación de empleo y con eso nuevamente un bajo crecimiento del consumo, lo cual termina por convertirse en un círculo vicioso para la economía mexicana. Entre los riesgos del exterior destaca la desaceleración de Estados Unidos, que se ve reflejada en las exportaciones y la posibilidad de la imposición de aranceles a los productos mexicanos.